Tanto la literatura como el cine de terror están intrínsecamente ligados al miedo. El concepto de un “miedo placentero” seguramente encontraría aprobación por parte de Carolina Depetris, ya que esto explicaría la recurrente y popular presencia de este género en ambas disciplinas artísticas, las cuales a menudo se nutren mutuamente. Un ejemplo destacado de esta relación es la obra Club VHS y otras cintas de lo extraño (2022) de Rafael A. Leyva. Durante la presentación de su libro en la XI Fiesta de los Libros 2023, evento anual organizado por la UACJ, el autor mencionó que los relatos incluidos en esta recopilación se alimentan principalmente de su profundo conocimiento y pasión por el cine de terror.
Esta influencia cinematográfica es evidente desde una primera ojeada, ya que cada historia, sea al inicio o al final, lleva el nombre de un director destacado en el género de terror: George A. Romero, Wes Craven, David Cronenberg, Lucio Fulci, Ruggero Deodato y John Carpenter. Por razones lógicas y también referidas por los presentadores del libro, el escritor juarense está familiarizado con el trabajo de cada director y los relatos son una especie de homenaje a su legado.

Si bien reconozco que sería pertinente analizar los tres microcuentos presentes en Club VHS a partir de las referencias proporcionadas sobre los directores, cedo la tarea a alguien más versado en ese ámbito. Mi intención en este artículo es hacerlo desde una perspectiva teórica literaria, específicamente tomando en consideración las explicaciones de Carolina Depetris, Fernando Darío González Grueso y Axel Rivera Osorio, quienes abordan la estética del horror en la literatura de Edgar Allan Poe y Leopoldo Lugones, así como el horror en la literatura y la literatura del terror.
¿Horror o terror?
Antes de abordar los tres microrrelatos en cuestión, es importante reflexionar sobre dos términos: “terror” y “horror”. Muchos autores han destacado la diferencia entre ellos, ya que a menudo se utilizan como sinónimos cuando en realidad no lo son.
En el artículo de González Grueso, se exploran varios conceptos como el miedo, lo siniestro, el terror y el horror, con el propósito de plantear una teoría sobre éste último. Al respecto se mencionan diversas perspectivas, no obstante, sintetizo lo siguiente: el horror implica la presencia de algo antinatural, que puede ser físico, incompleto o amorfo, y que tiene el poder de dominar o destruir el mundo. Debido a su naturaleza amenazante, impura e incluso aberrante, provoca miedo y disgusto (36). Un ejemplo dentro de la antología de Leyva es “Marea blanca”. Este cuento corto narra la historia de un invierno crudo y prolongado, donde el protagonista, al huir de su casa invadida por un vecino repugnante y verdoso, descubre una verdad fatal:
Al andar por la avenida, pudo ver algunas de las protuberancias que colgaban de las vigas regadas por las calles, pero ahora tan grandes como podría serlo un ser humano. Los techos y los muros de las casas se hallaban cubiertos de esa nieve terrible que ya comenzaba a mostrar esa tonalidad verdosa. En todas partes brotaron hongos que se movían y palpitaban como pequeños corazones extirpados. Sabía que el amanecer estaba cerca, en el horizonte se apreciaron destellos de una luz verdosa. Avanzó hacia el albor del día; el despertar de una nueva tierra. La invasión había comenzado. (42)
La tensión de la historia se centra en cómo el personaje enfrenta el invierno en su casa hasta encontrarse con una criatura tan aberrante que decide abandonar su hogar, sugiriendo así que ésta no solo amenaza con invadir una habitación, sino con destruir el mundo.
Por otro lado, el terror se relaciona con el miedo a amenazas cercanas y, en cierta medida, superables, mientras que el horror genera desorientación (González Grueso 37). Es decir, el miedo asociado al terror puede ser manejable hasta cierto punto, a diferencia del miedo provocado por el horror. En cuanto al terror, Rivera Osorio menciona lo siguiente: desestabiliza nuestra realidad cotidiana, generando incertidumbre y un ambiente siniestro. Es una experiencia subjetiva que nos confronta con lo oculto, provocando dudas y retrocesos, y nos impulsa hacia lo desconocido (“La literatura de terror” párr. 11). El terror se basa en la ruptura de la normalidad y en la configuración de lo siniestro, lo que provoca miedo. Lo siniestro se entiende en el sentido descrito por Sigmund Freud en su ensayo de 1919: “Se da la sensación de lo siniestro cuando algo sentido y presentido, temido […] por el sujeto, se hace, de forma súbita, realidad” (Trías 44). Por esta razón, es un concepto que se asemeja a lo espantable, angustiante y espeluznante (Viñas Piquer 544-545). Y esto es precisamente lo que ocurre con los personajes masculinos de los tres microcuentos que se encuentran en Club VHS. Su realidad se ve fragmentada por la aparición de algo inesperado y extraño, volviéndose siniestra y generando una gran angustia que desemboca en un profundo miedo.
El miedo y sus clasificaciones
¿Cómo se provoca el miedo en la literatura? Rivera Osorio señala que el miedo es una experiencia intrínseca en los seres humanos, ya que todos lo han vivido en situaciones como las pesadillas, caminar en una calle oscura o cuando sucede algo fuera de lo común (“La literatura de terror” párr. 3). González Grueso comparte esta idea, pero apunta que el miedo utilizado en la literatura se origina a partir de lo desconocido y lo no familiar (32 y 44).
El autor también clasifica el miedo en la literatura, y me enfocaré en tres tipos que están relacionados con los microrrelatos: el miedo a seres/cosas/lugares reales, el miedo a lugares/objetos/seres imaginarios y el miedo a la destrucción del cuerpo/mente. Los títulos de los microcuentos son “Coming Soon (Función de medianoche)”, “Coming Soon (Belcebú)” y “Coming Soon (Donativo)”. Cada uno de ellos funciona como adelanto de una película de terror. El motivo lo cuenta el narrador-protagonista en el prólogo de Club VHS: él descubre un videoclub extraño la noche antes de Halloween y, aunque le sorprende la falta de personas en el lugar, elige tres filmes de terror para ver en su casa. Antes de proyectar cada película en su antiguo reproductor VHS, comienza un trailer.
Los tres microrrelatos son de terror, no solo por homenajear a un director específico, sino porque en cada historia se presenta un caos. Según Carolina Depetris, se refiere a la alteración del sentido habitual de lo real y es lo que impulsa a relatar algo e intentar describir lo que resulta inefable. Esto radica en la ruptura de un orden previo: lo conocido se vuelve extraño, impreciso y temible (97). En otras palabras, lo extraño se vuelve temible debido al caos. En el primer microcuento, esta transición ocurre cuando el protagonista regresa al baño del cine para ayudar a un hombre que tose incontrolablemente. En el segundo, sucede cuando termina de vomitar en la taza del baño. En el último, cuando entra en la oficina de la directora del asilo de ancianos.
En “Coming Soon (Función de medianoche)”, se puede observar el primer tipo de miedo: un objeto real se vuelve extraño. El personaje principal relata que es inusual ver a muchas personas en el cine a altas horas de la noche, pero eso no le molesta, ya que es un cliente frecuente. Antes de irse al estacionamiento, decide pasar por el baño pues ha bebido mucho. Al entrar, escucha a un hombre toser y vomitar excesivamente, lo cual le provoca repulsión y se retira. Sin embargo, siente culpa y decide regresar para ayudarlo. El caos comienza en este punto de la historia, ya que el hombre que tose sale del baño con una apariencia extraña y casi monstruosa:
Salió un hombre alto, vestido con un traje café, con la camisa blanca cubierta de una espesa brea negra que le escurría hasta los pantalones y le goteaba la boca, como si hubiera bebido de un barril de petróleo. Tenía los ojos completamente negros. Avanzó hacia mí con la intención de atacarme y corrí. (Leyva 8)
Leyva sugiere en las últimas líneas de este microcuento que la causa de la inusual apariencia del hombre es el refresco del cine. No solo porque otro sujeto sale corriendo hacia el baño, con la misma sustancia oscura en la boca, sino también porque se desata un estallido de gritos en el lugar. El objeto real, en este caso, un refresco común, se vuelve temible al mutar en su estructura. Deja de ser un líquido refrescante para saciar la sed y se convierte en una amenaza espesa que invade el cuerpo de la víctima hasta transformarlo en un monstruo irreconocible.
En “Coming Soon (Belcebú)” se ilustra el segundo tipo de miedo: a seres imaginarios. De acuerdo con Collin de Plancy en su obra Diccionario infernal (2009), Belcebú es reconocido como el príncipe de los demonios en las Escrituras y, según expertos en demonología, también como líder supremo del imperio infernal. Su nombre significa “Señor de las Moscas” de ahí la asociación de este insecto con su forma. Por lo tanto, todo lo que sucede en la historia es porque el protagonista es un demonio. El miedo a seres imaginarios abarca el temor hacia seres tanto posibles como imposibles, que incluyen monstruos, fantasmas y, precisamente, demonios (González Grueso 42).
Teniendo en cuenta lo anterior, la emoción que experimenta el personaje al final de la historia está relacionado con su propia naturaleza. El hallazgo de una mosca muerta al principio de la historia es un indicio de su transición de hombre a demonio, aunque él desconoce su verdadera condición y solo describe los extraños síntomas que sufre gradualmente.
Él narra que sale furioso del café y busca ayuda en una farmacia cercana. El doctor le indica que espere unas horas y tome medicamentos en caso de náuseas. Aliviado, no siente ningún malestar durante dos días. Sin embargo, desarrolla un aumento en el apetito, especialmente por cosas dulces. Después de una semana, la preocupación surge cuando vomita debido al exceso de glucosa. El caos se desata cuando observa diminutos gusanos blancos retorciéndose en la taza del baño. Intenta vomitar nuevamente, pero es demasiado tarde. Parece que esos insectos se han multiplicado dentro de su cuerpo, y escucha un zumbido que sale de su interior, imaginando cómo brotan de su boca como un río oscuro y aterrador. Al final, la transición se ha completado: ya no es un hombre, se ha convertido en Belcebú.
El tercer tipo de miedo se puede observar en “Coming Soon (Donativo)”. En esta historia, el protagonista experimenta el miedo al canibalismo (González Grueso 40). Relata que decide donar las pertenencias de su abuela fallecida al lugar donde la cuidaron. Al llegar, lo recibe una monja, quien lo conduce al despacho de la directora, pero en el trayecto observa un jardín y cómo algunos ancianos lo miran mientras murmuran. Una canción antigua resuena en el edificio y hay un fuerte olor a medicina. En la oficina, que resulta ser un comedor, se encuentra con una apariencia repugnante y un ambiente desagradable. Aquí ocurre el caos: intenta huir, pero es golpeado y despierta atado a una mesa, rodeado de viejos que se colocan dentaduras postizas. Una mujer con párpados hundidos es quien da el primer mordisco. El miedo a la destrucción del cuerpo se evidencia en la parte final de este microcuento porque se insinúa que aquellos presentes en el despacho son caníbales y tienen la intención de devorar a un hombre vivo.

Conclusiones
En resumen, los microcuentos leyvianos pueden ser considerados como obras de terror debido a la ruptura de la realidad en cada historia, que transforma lo conocido en algo no familiar, generando una angustia que se intensifica gradualmente hasta desembocar en el miedo. El autor aborda distintos tipos de miedo: a elementos reales (como un refresco), a seres imaginarios (como un demonio) y a la destrucción del cuerpo (como el canibalismo), temas recurrentes en la literatura de terror.
La creación de una atmósfera siniestra también juega un papel clave en la construcción de lo temible en cada relato. Este escritor juarense logra transmitir el desasosiego a sus personajes a medida que lo extraño y lo inquietante comienzan a dominar los lugares en los que se encuentran, sea un cine, un baño o un asilo de ancianos. Esto provoca en cada protagonista la sensación de estar frente a un peligro inminente que desencadena una situación incierta y, en última instancia, un profundo espanto.
En conclusión, Leyva logra despertar el terror y el miedo en sus microrrelatos, lo cual representa un desafío considerable en un contexto en el que los lectores contemporáneos son menos propensos a experimentar estas emociones debido a las explicaciones científicas y tecnológicas predominantes. Sin embargo, el miedo originado por lo incognoscible y lo ajeno sigue siendo una herramienta efectiva para la construcción de literatura de este género.
Referencias
Collin de Plancy, Jacques Auguste Simon. “BELZEBU”. Diccionario infernal. Valladolid: Maxtor, 2009.
Depetris, Carolina. “Estética del horror: La sublimidad en dos relatos de Edgar Allan Poe y Leopoldo Lugones”. Revista Chilena de Literatura, vol. 57, no. 1, noviembre 2000, 95-104. En línea: https://revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/article/view/39099. Consulta: 29 de mayo de 2023.
González Grueso, Fernando Darío. “El horror en la literatura”. Actio Nova: Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, vol. 1, 2017, 27-50. En línea: https://doi.org/10.15366/actionova2017.1.002. Consulta: 28 de mayo de 2023.
Leyva, Rafael A. Club VHS y otras cintas de lo extraño. Ed. Antonio Rubio Reyes. Ciudad Juárez/El Paso: Bagatela Press, 2022.
Rivera Osorio, Axel. “La literatura de terror o una redefinición de lo real”. Cuadrivio, 2012. En línea: https://cuadrivio.net/2012/09/la-literatura-de-terror-o-una-redefinicion-de-lo-real/. Consulta: 28 de mayo de 2023.
Trías, Eugenio. “Lo bello y lo siniestro”. Lo bello y lo siniestro. Barcelona: Ariel, 2006. 29-52.
Viñas Piquer, David. “La crítica literaria en el siglo XX: principales métodos”. Historia de la Crítica Literaria. Barcelona: Ariel, 2002. 355-577.