En el lobby del Centro Cultural Paso del Norte, a las 19:14 horas de un domingo típico de noviembre en Ciudad Juárez, se escucha la voz de Ricardo Aguirre dándonos la bienvenida e invitándonos a disfrutar del espectáculo que está a punto de comenzar. Se trata de la segunda edición del Rally Nora. Una “fiesta creativa”, dirá Mayra Chávez, unos minutos más tarde al anunciar la primera llamada. Mario Mesta abre las puertas y poco a poco nos acomodamos en nuestras butacas.
El Rally es, desde el punto de vista de esta espectadora, un ejercicio que busca la colaboración de la comunidad teatral juarense, el tiempo dirá si de a poco se suman artistas escénicos de otras latitudes. Ya en la primera edición, durante el pandémico y encerrado julio del 2020, pudimos presenciar el trabajo colaborativo de los antes mencionados. En aquella ocasión fue refrescante ver, aunque fuera a través de una pantalla, a tanta gente reunida en la distancia haciendo teatro.
La primera propuesta de la noche estuvo a cargo del equipo compuesto por Ricardo Aguirre (dirección), Ivonne Chávez (producción), Michelle de la Fuente, René Magallanes y Ralph Wong (reparto). La escenografía, con un fondo negro, estaba compuesta por tres tambos de basura blancos que cumplían con distintas funciones a lo largo de la representación. Por ejemplo, durante toda la primera parte fueron utilizados como mesa de un restaurante, sobre la que reposaban dos botellas de cerveza.
Fue de mi agrado, sobre todo, el momento en que uno de estos botes de basura simula un útero, pues en el ir y venir de pensamientos, emociones y recuerdos, el personaje femenino va gestando un renacimiento hacia el final del acto. Esta obra cuenta con actuaciones fuertes y convincentes, además de armonía entre la música, la iluminación y las acciones.
La herencia parece ser el tema central de Des-hechos, más aún, las cargas emocionales y las huellas que nos dejan las heridas de aquellas personas que nos precedieron. Sin embargo, también se pueden percibir tópicos como el cuestionamiento de los roles de género y la violencia dentro de la pareja. El conflicto está en la decisión sobre la interrupción de un embarazo que debe tomar el personaje femenino, influyendo en ella los planes que para él tiene su pareja; se resuelve con la comprensión y aceptación de su pasado, dejando un halo de esperanza en la línea de cierre: “¿qué nos traerá este nuevo camino?”.
¿Te gusta el helado? Fue la segunda propuesta de la noche, y con ella llegó el cierre del Rally Nora 2021. ¿El tema? Como en la obra anterior, quedaba un poco desdibujada, ¿el dolor de no ser aceptado como homosexual? ¿los recuerdos de un amor perdido?, ¿la pederastia?, ¿las noticias falsas?, ¿el suicidio?
Este equipo estuvo conformado por Abraxas Trías (dirección), Isaac Uribe (producción), Nahomi Ochoa, Valery Fausto y Cabe Tejeda (reparto). La escenografía consistía en un blanco casi total, en el fondo, piso y vestuarios que me recordó un poco a la hace poco presentada Soy espejo. La blancura que reinaba hacía resaltar el rosa, amarillo y azul en los delantales de los vendedores de nieve (¿el vendedor?).
La acción inicial es una interacción con el público, pues mientras se nos habla del helado sabor vainilla, los recuerdos que evoca y las funciones de las papilas gustativas, también se reparten conos de nieve entre la concurrencia. El personaje, representado por las dos actrices y el actor, nos va contando detalles de su vida relacionados con su oficio y con un sabor particular de nieve de garrafa: vainilla con cerezas.
El primer amor, la imposibilidad de confesarlo, su empleo en una escuela y la ¿falsa? acusación de haber abusado de niños, o cometer actos inapropiados que le valieron la pérdida de su estilo de vida y le arrebataron la posibilidad de seguir vendiendo helados. El punto álgido se da cuando los tres actores estallan en gritos para mostrar la desesperación que provoca perder el control de aquello que suponíamos nuestro.
Aunque no tuve la suerte de asistir los días previos, llamó mi atención un par de coincidencias en las temáticas de ambas escenificaciones: la violencia y los recuerdos. Me parece que también se puede señalar, como bien ya lo marcó Karla Diego en su entrada sobre el primer día de este Rally, que el cambio en la manera de elaborar el texto se notó al momento de la ejecución.
Momentos antes de abandonar el recinto me encontré con Fabián Villalpando quien, con la amena actitud que lo caracteriza, me preguntó qué me había parecido la segunda edición, y un poco más emocionado agregó –ahora presencial–. A mí me hubiera gustado vivir la experiencia de los tres días, pero comparto la esperanza de Grupo Nora, que esta fiesta creativa se convierta en tradición.